Aquelarre
Como performance colectiva un aquelarre manifiesta la diversidad de poderes y conocimientos que poseemos las mujeres. La importancia radica en la agrupación, en el acuerdo de que juntas somos más, no tenemos miedo y ninguna va sola. Los aquelarres contienen las historias de millones de mujeres, son sitios y son temporalidades que cuentan las formas de participación de muchas. Aquelarre es reunirse con intención, y las formas que estas reuniones han tomado varían según las culturas y experiencias de las participantes. El aquelarre o coven en inglés ha sido desde tiempos inmemorables una de las formas en que las mujeres, agrupadas, exponencian y comparten sus poderes recurriendo al canto y a la escritura, a la comida y a la sanación, al movimiento del cuerpo, a las meditaciones, al dibujo y a la pintura, a la escultura; al vestuario, el maquillaje, la joyería y otros medios más contemporáneos. Durante un aquelarre se nutren las psiques, se sanan cuerpos, se transmiten poderes y conocimientos, se revitalizan pasiones y se desatan creaciones. Del aquelarre emergen nuevos órdenes de poderes; intersecciones de subjetividades, sexualidades e inteligencias organizadas, ni predecibles ni controlables, de ahí su fuerza, sino profundamente liberadoras. Aquelarre es el poder de la reunión o de cómo juntas, somos.
A lo largo de tres capítulos, De lo cotidiano a lo mágico; Cuerpo y poder; Revelar lo oculto, Aquelarre muestra el trabajo de 27 artistas cuyos imaginarios y prácticas han sido, deliberadamente en algunos casos y en otros no, informados por el arquetipo de la bruja y sus atributos como una identidad femenina subversiva. En esta reunión de obras y a lo largo del programa público el cual incluye conferencias, performances, una mesa redonda entre otras actividades, la bruja funciona para crear espacios para la celebración y el conocimiento de la otredad, de personalidades y prácticas no normativizadas ni totalmente naturalizadas. La bruja es un sitio móvil de producción de conocimientos y de afectos, pero también es un sitio desde el cual acceder a otros territorios materiales e inmateriales de manera crítica. El arquetipo de la bruja integra cuerpos, psiques, conocimientos en permanente flujo, negociando identidades y subjetividades en constante disputa, a través del performance, el video, el trabajo con archivos, la escultura y la instalación, la voz, la fotografía y lo sonoro. La bruja aquí es pensada como un sistema de conceptos, como productora de imágenes, subjetividades y experiencias. Nos ayuda a soltar la necesidad y la imposición de constantemente construir y presentar un ser coherente, terminada, para abrirnos a la posibilidad de la fluidez y del cambio.
Aquelarre
La exhibición muestra el trabajo de 27 artistas cuyos imaginarios y prácticas han sido, deliberadamente en algunos casos y en otros no, informados por el arquetipo de la bruja y sus atributos como una identidad femenina subversiva. Aquelarre es un proyecto dividido en tres capítulos: De lo cotidiano a lo mágico; Cuerpo y poder; Revelar lo oculto. En esta exposición y a lo largo del programa público, el cual incluye conferencias, performances, una mesa redonda, entre otras actividades, la bruja funciona para crear espacios para la celebración y el conocimiento de la otredad, de personalidades y prácticas no normativizadas ni totalmente naturalizadas. La bruja es un sitio móvil de producción de conocimientos, pero también un sitio desde el cual acceder a otros territorios materiales e inmateriales de manera crítica. El arquetipo de la bruja integra cuerpos, psiques, conocimientos en permanente flujo, negociando identidades y subjetividades en constante disputa a través del performance, el video, el trabajo con archivos, la escultura y la instalación, la voz, la fotografía y la pintura.
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